¿Cuántas veces has tenido una lesión y has evitado el movimiento porque te duele? Es algo instintivo, aunque lo cierto es que, si no se mueve, el dolor empeora. Pero, tenemos una buena noticia: la readaptación funcional puede ayudarte a conseguir hacer esos movimientos y que te sientas seguro haciéndolos. En Alma Salud te contamos en qué consiste este proceso y por qué es clave para la recuperación de las lesiones.
Qué es la readaptación funcional y en qué consiste
La readaptación funcional es un conjunto de procedimientos y actividades que tienen a mantener o mejorar las funcionalidades físicas, psicológicas y mentales para que el paciente pueda realizar sus rutinas diarias y alcanzar la máxima autonomía. Es una fase imprescindible para la recuperación de una lesión y debe ir monitorizada por un readaptador profesional para conseguir buenos resultados.
Este proceso de reajuste y corrección de patrones neuromusculares que tiene como objetivo principal la optimización de la práctica deportiva o la calidad de vida. El concepto viene del mundo del deporte de alta competición y lleva a la rehabilitación más allá.
Qué beneficios tiene la readaptación funcional
Hasta hace poco, el proceso tradicional se centraba en la lesión y rehabilitación, pero este método estaba incompleto. De hecho, numerosos estudios indican que el movimiento pautado y controlado en dosis adecuadas genera una mejor recuperación de la lesión o patología, previniendo con una alta probabilidad de no recaer.
Es decir, añadir al proceso tradicional la readaptación funcional para conseguir los objetivos esperados. Estos son algunos de los principales beneficios que aporta este tipo de procedimiento a los pacientes:
- Reducir el dolor y la inflamación.
- Mejorar la movilidad, el rango de movimiento articular y la calidad del movimiento.
- Disminuir el riesgo de lesión y mejorar la autonomía del paciente.
- Facilitar la realización de actividades de la vida diaria y aportar sensación de bienestar.
- Favorecer al descanso y la calidad del sueño.
- Mejorar la regulación hormonal del organismo y fortalecer el sistema inmune.
¿A quién va dirigida la readaptación funcional?
Este tratamiento es perfecto para pacientes que están incapacitados por patologías locomotoras, cardiovasculares o respiratorios y que requieran rehabilitación. Los casos más comunes de la readaptación funcional son:
- Problemas de columna o extremidades.
- Lesiones producidas durante una actividad deportiva, en el trabajo o derivadas por enfermedades degenerativas en huesos, articulaciones o tendones.
- Tras intervenciones quirúrgicas, traumatológicas y ortopédicas.
- A personas con enfermedades crónicas de tipo neurológico, reumatológico, cardiaco, metabólico o respiratorio.
- Para la prevención de lesiones no traumáticas en deportistas, como la rotura fibrilar, sobrecargas y tendinitis, entre otras.
¿Es lo mismo la rehabilitación y la readaptación funcional?
En muchas ocasiones, el término de rehabilitación y readaptación se confunden, puesto que ambos son procesos que tienen el objetivo de recuperar al paciente de una lesión. Sin embargo, son conceptos diferentes.
Las acciones de la rehabilitación de una lesión están enfocadas a reducir la inflamación, mejorar la movilidad, reforzar la zona afectada y evitar que la pérdida muscular sea demasiado. Por su parte, la readaptación deportiva trabaja de manera orientada a la práctica deportiva para mejorar las funcionalidades físicas.
Aunque tienen sus diferencias, la rehabilitación y la readaptación funcional son complementarias, siendo necesaria una para que la otra pueda suceder. Por ello, en Alma Salud, apostamos por la readaptación y fisioterapia, dónde combinamos ejercicios y terapias específicas según la lesión para obtener una vuelta a la normalidad. Si tienes una lesión que no te permite seguir con tu estilo de vida, contacta con nosotros, podemos ayudarte a recuperar la autonomía que buscas.
